A veces las cosas no son como parecen. Los labios esbozan una amplia sonrisa, pero por dentro el dolor desgarra las entrañas.
Ojos que miran sin ver, pero las lagrimas se quieren escapan sin control.
Palabras que no se dicen, por temor a lastimar, pero no se puede evitar el daño interior.
A la vista del mundo todo es perfecto, pero se siente como los escombros caen, lentamente precipitando el final.
La farsa tiene que continuar, aunque la hipocresía desborda en su copa de amargo alcohol.
Lo que queda es seguir, hasta el fin, quedando al descubierto la realidad.Y todo vuelva a comenzar con otro final.
Tal vez mejor.
M.PORRA.S
2012.
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