El laberinto es casi transparente.Me permite descubrir otros tramos desconocidos de su mente.
Al mirar sus ojos claros puedo penetrar por ese complicado sendero que me remonta a sus pensamientos. Ellos me hablan de tardes en otro lugar cerca del mar, otras playas que mi pensamiento, mi corazón se despegan de mi cuerpo y se juntan al de él, viajando como si lo hubiera conocido.
Me asomo en aquellos trozos de cielo y se abre otra puerta de aquel indescifrable laberinto;creo que sonríen, si, sus ojos con un destello desconocido parecen reír.
Que lejano pasado de alegrías habrán mirado, que desconocida dicha encierran sus pupilas, me pregunto.
Creo que recuerdan ese pequeño pueblo en Galicia, su casa, su madre o tal vez esa muchacha que le sonreía cuando él, sonrojado la saludaba.
M.Porra.S
2002.
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