De pie sobre la tarde íntima, como su cuarto;con la cama desecha después de haber amado intensamente.
Me marcho y dejo en mi alma una soledad inmensa, como esa tarde.
Trato de recordar cada instante, la prolongación de su cuerpo en el mío, el sol entrando por la ventana invadiendo ese espacio lleno de nosotros.
Todo me lo recuerda, ese atardecer dorado recortando nuestra piel, ese instante mismo en que el sol muere entre los funestos edificios.
Yo estoy tan lejos recordando esa tarde, en la que fuimos simplemente vos y yo.
M. P orra S/ 2000
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