Adoro los caballos, son la perfección, si me permitieran optar en mi mente, para poder guardar, elegiría un atardecer y caballos al galope. El Todopoderoso al decidir crear un ser sublime, perfecto, pensó en ellos.
Cuando los pinto, siento que puedo ser por un momento Dios; en el instante que mi mano y la prolongación, el pincel toca el lienzo;soy la persona más feliz del mundo un extasis invade mi alma y la reconforta. Que más se le puede pedir a esta vida, pintar y observarlos, estoy completa. M. Porra.S
2012
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